Historia Teatro Capitol

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En la actualidad el Teatro Capitol vive uno de los mejores momentos de su historia

Según cuenta el archivero municipal, Fernando Jiménez Berrocal, la historia de este edificio está íntimamente ligada al pasado emocional de la ciudad. Desde la Edad Media había sido un hospital y mantuvo este uso hasta el siglo XIX, cuando fue desamortizado y se convirtió en una fábrica de luz eléctrica, provocando gran pesar y numerosas quejas por parte de los vecinos colindantes, ya que cuentan que el ruido que generaba era insoportable. Durante la Guerra Civil este espacio se utilizó como cuartel de milicias de la Falange.

Después de la desgracia que sufrió un 23 de julio durante la guerra civil, cuando los aviones soviéticos bombardearon la ciudad. No volvió a inaugurarse hasta 1947, año en el que se reabrió como Cine para el gozo y disfrute de los cacereños. Cierto es que, a los habitantes de esta pequeña ciudad, el cine siempre les ha interesado de manera especial pues hubo un periodo en el que la ciudad llegó a contar con cuatro salas abiertas al mismo tiempo: Coliseum, Astoria, Capitol y el ya casi olvidado cine Norba.

Fue la empresa Corcobado y Sotomayor la que puso el capital para iniciar el proyecto de la Sala-Teatro Capitol, del que fue gerente durante toda su historia Sergio Bejarano. El proyecto del local se le encargó al arquitecto madrileño Luis Martínez Feduchi (1901-1975), conocido por haber diseñado, en los años 30, el edificio Capitol de la Gran Vía madrileña. Según cuentan las crónicas la financiación del cine provenía de Fernando Sotomayor. Su viuda se casó con su tío Odón Corcobado, un actor secundario que rodó películas como ‘Amor y Toros’, de 1955. «Él tenía mucho interés por el cine y consiguió interesar a su mujer, probablemente él la empujó a abrir el cine».

La programación que podía verse en la Sala Capitol era de gran calidad, siempre destacó por ser la sala más intelectual, donde nació la actual Filmoteca Cacereña que a día de hoy es considerada una de las mejores y más activas de España. El mismísimo director de cine Pedro Almodóvar, que recibió el premio San Pancracio en el año 2018, reconoció que en este cine de Cáceres, además de en otros como el Astoria y el Coliseum, había visto muchas películas durante su etapa como estudiante en el colegio San Antonio.

La última proyección del Capitol tuvo lugar en enero de 1987, por aquel entonces mi madre y mi tía Pepi nos llevaban cada semana a ver el cine club (semilla de la actual Filmoteca). Mis primos y yo ocupábamos un palco contiguo al de nuestras madres y a veces nos quedábamos dormidos, porque aquel cine no era para nosotros sino para ellas. Sin embargo, recuerdo con gran claridad, cariño y entusiasmo la tarde que proyectaron “El sur”, una producción de Elías Querejeta, dirigida por Víctor Erice en el año 1983. Una jovencísima Iciar Bollaín consiguió captar mi atención y hacerme vivir a través de sus ojos la verdad de la historia. Creo que fue la primera vez que, sin consciencia, me descubrí cara a cara con un personaje. ¿Quién me lo iba a decir entonces?

El 16 septiembre de 2021, el Teatro Capitol ha conseguido convertirse en un teatro con programación continuada.

Iniciando un nuevo periodo en su larga vida. Transformado de nuevo en teatro se convertía en aulario de la Escuela Superior de  Arte Dramático (ESAD) y del Conservatorio de Danza.

El espacio cuenta con 400 butacas y en el que se ha llevado a cabo una reforma para dar cabida a nuevos usos. Quedando un espacio que a diario se llena de voz y de música, en un edificio dedicado a la educación en artes, en una sala cuyo destino no puede ser otro que el de acoger y ofrecer danza y teatro a la ciudad de Cáceres, y que además sigue conservando a su entrada aquella vieja máquina de cine que, tanto bueno trajo a esta ciudad.

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